Esta receta es una adaptación de la receta de mi bisabuela, que tiene más de 100 años. Tuve que esperar 40 años antes de que mi madre compartiera esta receta conmigo. Esta receta tiene un sabor similar a las galletas de molino de viento que solían vender en nuestra tienda de comestibles, pero mi familia cree que esta versión es mucho más sabrosa y suave.