Este salmón está cubierto con una gruesa capa de pesto, como la guinda de un pastel. El lado preparado se coloca debajo del asador y el pesto forma una costra dorada. Igualmente bueno frío: todo el plato se puede preparar con un día de anticipación para el servicio frío, o las sobras se sirven frías en el almuerzo al día siguiente. Combina bien con papas rojas asadas al romero y ajo y cualquier verdura verde.